PARA UNA BIOPOLÍTICA DEL CUERPO
POR: FABIÁN USINA
Yo hablo de millones de hombres a los que han inculcado sabiamente el miedo, el complejo de inferioridad, el temblor, la genuflexión, la desesperación y el servilismo...
Aimé Cesaire.
Casi a diario, presenciamos por "televisión" ritualismos civiles y religiosos, como por ejemplo: paradas militares, elección de reinas, bodas reales, fiestas patrias, "sepelios de supuestas gentes públicas", entre otras. Recordar, que, en estos últimos tiempos, nos invadieron y bombardeen con imágenes a cerca de muertes trágicas de artistas, de los supuestos "famosos", etc.
¿Pero por qué los medios comentan temas intrascendentes? es más, ¿por qué se "entremeten" en vidas individuales, privadas, incluso llegando hasta lo íntimo? Los medios, simplemente responden: "nosotros le damos a la gente lo que le gusta y quiere ver"; frase maestra, válida para almas ingenuas. Para otros, por cierto muy críticos, ese sensacionalismo, a través de la crónica roja, telenovelas, reality shows, comedias "humorísticas", farándula, y más series, nos plantean prototipos ideológicos a seguir.
¿Y por qué de los prototipos? porque los dueños de los medios, en su mayoría, son a su vez propietarios de grandes industrias que alimentan en las audiencias la necesidad de ser consumidores en potencia, antes que concebir a los mismos como ciudadanos. Los medios al ser propiedad de las clases altas, al tiempo de transmitir valores, ideologías, costumbres, modas, no hacen más que perpetuar su status, su propia cultura y sus formas morales. Tan hábiles son, que incorporan al imaginario colectivo, discursos y prácticas como si estas fueran naturales, para convertirlas en estilo y moda a seguir. Justamente, este artículo, pretende dar cuenta como mujeres y hombres, somos sutilmente manipulados, sobre todo, a través de la sujeción de los instintos, formas corporales, moda, entre otras.
No es gratuito, por una parte, que la televisión ecuatoriana nos presente arquetipos o prototipos ideológicos, emocionales, corporales y modos de vida representada por un porcentaje mínimo de la población; véase, por ejemplo: Atrevidos, Combate, Baila la noche, Calle 7, entre otros. "Poco(a)s son los elegido(a)s. "Cuerpos musculosos y estéticos", "caras bonitas", "pelos rubios", "narices respingadas", "ojos azules" alimentando en las amplias audiencias formas y modos de ser. Por cierto, muchos medios difundieron que Sharon, era en un tiempo, la mujer "más deseada" por todos los ecuatorianos. Incluso para muchos reporteros seguirá siéndolo hasta "post morten".
Por otro lado, y en la otra orilla, el uso de estereotipos creados por las mismas clases altas y todo su aparataje comunicacional; pues han reproducido imágenes, símbolos e ideas falaces sobre las clases populares, véase programas como en carne cruda, noticieros de crónica roja, farándula, comedias, entre otras. Vayamos con ejemplos:
LA TELEVISIÓN NACIONAL:
PATRIMONIO NACIONAL ECUATORIANO...
Que uno recuerde, ni en la mínima idea, alguien ha osado pedir programas como: "en carne cruda", "haga negocio con Polito", "Competencia", "la vecina", "puro teatro", que se transmite tanto en canales, al parecer pertenecientes al Estado como en los privados. "EL polito" quizá es un programa concurso prototipo, que con una cultura patriarcal, machista, subordina a los ingenuos participantes, y claro para disminuir lo grotesco y lo trivial, lo hace mediante el chiste. Si lo pusiéramos ese discurso en palabras formales incurriría en insultos desbordantes. Un discurso igual de grosero como lo hacen las clases altas y medias arribistas hacia las clases desposeídas.
Ese conductor, que por cierto dice ser Socio Cristiano, termina siempre rebajando o inferiorizando al participante hasta llegar a "mariconearlo". No se elude los temas sexuales. Remeda sus imaginarias formas "toscas". Los concursantes bajo la supuesta recompensa, son objetos de broma, y el público presente tan necesario para que a carcajadas participe de este teatrillo. La chusma por tv. como dirían las clases altas, pero para desvirtuarlas y el hazme reír.
"En carne cruda", un programa "abominable", en horarios estelares. Al parecer, a nadie, ni a los organismos de control les preocupa si estos programas son antitéticos o amorales. Los productores, editores, encuentran su material informativo en imágenes que contienen actos delincuenciales, peleas triviales, consumo de drogas, disturbios, homosexuales, locos. Por arte de magia todos pertenecientes a barriadas muy populares. Aparecen muchos y muchas gentes "representadas" como travestidas, desviadas, pervertidas, monstruosas. Tanta perorata que terminan haciéndonos creer que los sectores populares son "bárbaros", como un rasgo que configura su identidad y cultura.
Pero, ¿acaso hay patente de corso para programas, a nuestro parecer, amorales?, ¿cómo entender en esos casos la libertad de expresión?, ¿cómo entender a los izquierdistas, comunistas, socialistas todo el "apoyo ideológico revolucionario" a los medios masivos que todos los trescientos sesenta y cinco días del año reproducen estereotipos y prejuicios contra los otros?, ¿"no es acaso esto un linchamiento mediático"? No es de extrañar, como el caso de la cantante "La hechicera" que antes y en vida era la burla continua y el desprecio de miles tuiwteros, para luego después de su muerte pasar a ser la modelo a quien imitar y seguir. Y no es que la gente de la noche a la mañana cambie de parecer, sino que opera toda una construcción mediática. Lo que antes (y no es que haya dejado de serlo) para productores, presentadores, clase media, y para las mismas élites es lo chichero, lo cholo, lo chabacano, lo asquiento, lo ridículo y "música de y para indios", hoy en cambio, le convirtieron en un ejemplo a seguir.
De allí que los medios de comunicación masivos, suelen de modo sutil amplificar en amplios conglomerados humanos creencias y prácticas sociales a seguir. Quizá ese sea el efecto más poderoso que producen los medios y la clase dominante: el determinar los límites mentales estructurales. Son ellos, quienes implantan formas en el hacer y en el pensar. "Los medios, hoy por hoy, se encuentran entre los transmisores de ideología y enunciados de reglas sociales más eficaces del mundo moderno", nos dicen los teóricos de la comunicación. Sin embargo, esta historia se puede rastrear mucho antes, de la aparición de los medios.
¿TODAS UNAS POSES Y ESTILOS?...
Si hoy los medios de información son los transmisores más eficaces en imponer ideologías, antes fue una rancia aristocracia descendiente directa de Dios y con facultades divinas para imponer formas de ser y estar en el mundo. El gran aliado, la burguesía, que bajo pretexto de suponer y hacer creer que existen conglomerados de razas repugnantes e inferiores, así como también individuos deformes, monstruosos, invertidos, brujas; entre otros, se configuraría todo un conjunto de leyes, reglas, normas y moralismos; sobre todo, para fijar normas culturales. Las élites convertidas en autoridad para vigilar y controlar principalmente el conocimiento, la economía, recursos naturales, la sexualidad; etc.
Naturalmente que toda la práctica discursiva, se reforzó al pasar de los años y a través de la creación de "sistemas y mecanismos" tanto de administración civil, religiosa, instrucción cultural y de educación. Cabe recordar que, al tiempo de someter a poblaciones enteras mediante la fuerza, se creo en paralelo, un discurso de "mejoramiento de la raza". Toda una serie de rigurosos métodos de instrucción cultural para supuestamente controlar las bajas y endemoniadas pasiones. Toda una moralina que tenía que ser cumplida, y que bajo pena de no cumplimiento era obvio los eminentes castigos divinos.
Recordar, que siempre en el imaginario, nos hicieron creer que las ciudades son centros, y en ese centro, muy legal por cierto, habitan gente blanca, letrada y muy docta. En la capital, por ejemplo, siempre "algunos" nos recuerdan, con premeditación, que antes vivían "Gentes buenas", habitantes muy puros, descendientes de razas nobles, dando a entender que fueron sujetos morales y estéticos. Hoy sin duda, esta ciudad, se corrompió, se llenó de estancieros, se pauperizó... Para muchos y en conversas cotidianas, tiene algo de obscuro, de indecente; peor aun lo periférico: apesta.
Y claro que también a nuestros pueblos se los recuerda mediante todas unas remembranzas. Son esas fiestas patrias que año tras año, y que en la mayoría de casos sirven para promocionar supuestas "gentes cultas" y con ello todo un gran marketing que reglamentaría patrones de imágenes, estilos, modas y comportamientos.
Naturalmente, que, desde mucho tiempo, quizá un siglo atrás, existió toda una "escritura", por cierto muy legal y creíble, sobre estilos, etiquetas. Hoy se llaman manuales protocolarios. Recordar que hace más de cien años se realizaron campañas masivas de distribución de catecismos, manuales, textos escolares, y sobre todo gramáticas fundadas en los buenos modales. Ser un buen ciudadano para servir moralmente a Dios y a la Patria.
Hoy comprendemos que los manuales de urbanidad que circulan hasta nuestros días, como por ejemplo el de Manuel Carreño, no tienen otra función que impartir supuestas buenas costumbres, conductas, pero sobre todo imponer "actitudes corporales", formas de vestir, hablar, comer. Los manuales, al estar escritos, funcionan como una autoridad creíble y obligatoria, si se quiere ser un caballero o una dama distinguida.
Pero claro, la gente que va a saber de cultura, se repite incesantemente. La cultura es algo innato, heredad de las gentes de bien. De allí que la cultura fue entendida como práctica altamente exclusiva. Una cultura que en su contenido se dice fue escrita por hombres. Muchos creen que se puso en circulación hacia un público objetivo como son las mujeres. Toda una cultura patriarcal que encasilla sobre todo a las mujeres en los roles de buenas esposas, madres, amas de casa y sobre todo llenas de honestidad a toda prueba. Honestidad en tanto fidelidad y sumisión completa a su dueño, el "esposo". Honestidad para controlar los deseos sexuales y las perversiones.
A su vez la mujer, cumplir ese rol de "dama de la caridad", no cualquiera por supuesto, solo matronas, con esas consabidas ayudas económicas. Un círculo pequeño que se encargaría sutilmente de impartir formas de pensar y actuar. Educar, orientar, adoctrinar a muchas gentes; llevar la Buena Nueva, para civilizar. Mientras muchos y muchas fueron parte de su servidumbre, maltrato, sin remuneración alguna y confinados a precarios cuartos en los patios traseros de sus "caserones".
Y a los cuerpos naturalmente se suma como complemento la famosa "moda". Muchos repiten incesantemente que el vestido dice mucho de una persona; nos hicieron creer que la ropa es el éxito cuando poseemos "un buen gusto". Las reglas regulan la etiqueta, nos dicen los grandes libros de protocolos. La moda se cumple de acuerdo a los tiempos y las reglas que deben cumplirse; refinamiento versus ridiculez; lo que es aceptable, normal, versus lo ridículo.
Algo que lo ha trabajado solapadamente la autoridad colonial y hoy el neocolonialismo es esa idea de un olor étnico de raza. Es común escuchar, en conversas cotidianas: los negros tienen un olor raro, los indígenas huelen mal, los chinos huelen a ajo. Programados mentalmente para estigmatizar a los otros, y en el cuidado de no contagiarnos, de no rebajarnos. De allí que el asco y el olor llegaron a convertirlo en un arma clave para despreciar a los otros. Lo extraño, además es hacernos sentir asco y mucha sospecha contra "individuos con cuerpos deformes, fealdades físicas o monstruosas", llevarnos a la misma paranoia de crear en nuestro imaginario lo que debe o no comprenderse por monstruoso. "Una mentalidad perversa que unida al desprecio se convierte en un fuerte significado político". Se dice: "en la imaginación de un racista el mal olor se lo toma por alguien que posee una inferioridad biológica".
¿UNA BIOPOLÍTICA DEL CUERPO?...
La colonialidad del poder, es tan perversa que creó tantas construcciones narrativas, y que puestas en circulación fueron creíbles incluso hasta la actualidad. Muy bien sabemos que la cultura europea siempre se auto identificó por poseer un alto refinamiento cultural, una estética comprendida como belleza. En tanto su contrario es la falla estética; para nuestro sentido común: la fealdad.
Naturalmente que, referido a los cuerpos, nos crearon Binarismos mentales: lindos, feos; jóvenes, viejos; cuerpos perfectos, imperfectos. Nos hicieron creer en un "feísmo", que "la gran mayoría de mujeres poseen una baja autoestima al no estar satisfechas con su cuerpo y su físico individual". Tan perversa es la mentalidad colonial que poseemos, que diferenciamos supuestos cuerpos monstruosos de los supuestos cuerpos que deben guardar las medidas, los colores y las formas. Nos vendieron imágenes de mujeres ideales, modelos, a seguir. Lo que se sale de la norma recae en exclusión, discriminación, racismo y sexismo.
En la actualidad, los medios, exponen cuerpos masculinos y femeninos individuales para ser vistos, dignos de imitación. Son las élites quienes nos "enseñan y alumbran", lo que debe comprenderse como un cuerpo bello. Ejemplo de ello, encontramos en programas como combate, soy el mejor, farándula, de boca en boca, gente, calle 7. Sin duda, que en la actualidad el deber estético también se impone a los hombres, todos atentos y vigilantes de las supuestas virilidades. Nos venden un modelo perfectible de alcanzar: hombre blanco, activo, fuerte, poderoso, heterosexual, imagen que ha obsesionado a la gran mayoría de hombres e inclusive a las mismas mujeres.
Pero claro, si usted piensa que eso queda ahí, está muy equivocado. No es tan ingenuo pensar que en los noticieros, convertidos hoy en crónica roja, por arte de magia sólo aparecen cholos y todo el populacho en masa. "Permanente linchamiento mediático", todos los días del año. En el orden aparecen drogadictos, delincuentes, asesinos, pero también esas historias paralelas de gays, lesbianas, travestis, todos rebajados a pensar que son solamente máquinas sexuales, o a su vez, convertidos en monstruos, seres inferiores, deformes mentales. Otras Historias paralelas como de la tercera edad, personas con capacidades especiales. Todos enmarañados entre lo que es bueno y malo, discursos que configuran el profundo miedo social al diferente, pero principalmente al negro, al indio, al cholo, al travestido.
De allí proviene el término acuñado como Biopolítica. Término que por un lado fragmenta, corroe, divide, censura, "mata a los débiles simbólicamente". Para la burguesía y los medios, a mayor cantidad de "anormales, revoltosos, vándalos, tira piedras, y monstruos que insistentemente sean presentados en la tv. mayores motivos y justificaciones encontraran para vigilar, controlar y castigar. Miles de muertes, encarcelados y conflictos armados se han librado, con ese maldito cuento de proteger a la humanidad del eje del mal, ocultando, todo un discurso político.
Por otro lado, y para nadie es desconocido que los cuerpos y la supuesta belleza en la sociedad actual, son requisitos imprescindibles e incluso morales para laborar en muchas instituciones. El cuerpo visto desde lo sexual, erótico y subordinado a la mirada del macho. Este evalúa, compara y juzga la calidad femenina y sexual. Una mirada "que engorda el ojo" y en la que no se libran conservadores, izquierdistas, socialistas. Cuerpos para desvestirlos en frustraciones, valoraciones y rechazos. De allí que hoy los medios constantemente dan pautas culturales en materia de gubernamentalidad de nuestros propios cuerpos. Los críticos llaman mecanismos Biopolíticos del poder.
Un grafiti rezaba en una pared: "todas las mujeres feas tienen derecho a vivir aquí, ¿pero por qué todas en esta ciudad"?. Seguramente de modo inconsciente, nuestro grafitero, alguna vez escuchó algo parecido: "La belleza del hombre es su inteligencia y la inteligencia de la mujer es su belleza". Belleza en tanto cuerpo, juventud, voluptuosidad. Momento para imponer toda una dictadura estética, principalmente dirigida a las mujeres. Todas inducidas a los famosos tratamientos cosméticos.
Tratamientos excesivos para el cambio del cuerpo por medio de no pocas veces arriesgadas cirugías estéticas, a riesgo de encontrar la muerte, como le sucedió a una reina en el cantón Durán. Liposucciones, liftings, implantes de silicona, prótesis. Todos y todas paranoicos por "tunearse", queriendo imitar a esas "ejemplares" mujeres blancas. Tintes de pelo hacia lo rubio, lo claro; depilaciones, lentes de contacto y de color.
Actualmente se imponen cuerpos delgados, casi anoréxicos, cuerpos para ser vistos por los "otros y otras". Las mismas mujeres presas de los y las demás; alienadas por el "que dirán", por la forma como lo presentan y lo mueven el cuerpo ante la sociedad. ¿Auto denigración propia? Lo irónico es que muchas veces, los mismos padres, alimentan en su prole una supuesta diferenciación y pertenencia social, a partir de estilos de vida, de moda, de apariencias.
Y nuevamente los olores. Nos hicieron creer que todos somos inteligentes en cuanto a poseer un "gran sentido del olfato". Si antes solo percibimos los malos olores de los otros, la publicidad hoy nos invita a librarse de nuestros propios olores malolientes. Mediante muchas estrategias, productos como detergentes, toallas faciales, jabones, pañales, incluso papel higiénico, nos limpian, purifican, desodorizan, todo asociado a una dimensión moral de limpieza. Limpiar es como civilizarnos.
Todos y todas desenfrenadas por adquirir supuestas bebidas inteligentes, vitaminas, cosméticos. Tantas chucherías que nos prometen adelgazar y borrar un cuerpo defectuoso. Hoy, en altas horas de la noche, la mayoría de canales sean públicos o privados promocionan perfumes que prometen atraer sexualmente (feromonas las llaman). Todo se vende, se revende; aparece, y desaparece, y se vuelve a vender. Y a sabiendas de que el noventa y nueve por ciento de productos son falsos y no hacen "milagritos" nuestra gente se aferra a que de pronto si hay esperanzas.
De allí que no nos vengan los medios con esa hipocresía de malas prácticas médicas, siendo ellos los que alimentan la administración y cambios de cuerpos. Lo otro, las muertes trágicas de supuestos "personajes públicos" se convierten en mercancías vendibles. En el fondo el consumismo es el fin.
PARA UNA DECOLONIALIDAD...
"Decolonizar es volver sobre esa riqueza cultural de la exterioridad negada que renace..."
Sin duda, estamos permanentemente llenos de unas prácticas discursivas y enunciados comunes muy perversos depositados por los medios y que nos sirven para encasillar y dividir a nuestra propia gente. Todos siendo vigilados, jerarquizados y excluidos. Todos basados y alienados en conceptos de raza, clase, sexualidad, género, espiritualidad, lengua, geografía. Desvalorizar a unos y otros. El fin sentirnos superiores para dominar e imponer formas de ser, pensar y actuar.
Tan recurrente es en nuestros pueblos, la auto asignación de status y ennoblecimiento a partir de la estigmatización de los otros y las otras. Muchos de nuestros hermanos pobladores sometidos a pruebas, como simples hombrecillos hijos de sus propias circunstancias, sin certificaciones académicas, que los acrediten como señores. ¿Y quién es ese? ¿De dónde salió? ¿Qué familia es? Se preguntan entre algunos, cuando alguien "osa" cuestionar, peor aun algún "indio de San Roque", que ocupe un cargo de elección popular. La sospecha es la fiel compañera de los racistas, a tal punto que hasta ellos dudan si son sangre azul, rosada o roja. Es más, dudan incluso, si son cholos o mestizos, con un pie en el mundo blanco y con la otra pata en el mundillo de lo indio.
Sin duda que el poder atraviesa todo el tejido social; nos divide, fractura, e inferioriza a unos y otros. Aunque si hay por ahí "esos otros" que son lejanos, extraños, peligrosos, amenazantes, que deben ser controlados y dominados. Son pocos pero hay que acallarlos...