EL SAGRADO MAÍZ

19.07.2021

El universo semántico del maíz está constituido por un conjunto de textos y lenguajes particulares y singulares, como actos sígnicos, muchos de éstos corresponden a los mitos cosmogónicos, creencias y prácticas religiosas, a través de los cuales se concibe el maíz como una planta sagrada.


Comencemos retrayendo de la biblia indígena de los Mayas, denominada "El Popol Vuh", un mito cosmogónico de la creación del hombre:

"El creador y el formador, que se llamaban Tepeu y Gucumaíz, dijeron lo siguiente: que aparezca el hombre y la humanidad sobre la superficie de la tierra. Acudieron todos en grupo y celebraron consejo en la oscuridad de la noche..." "... decidieron buscar la materia adecuada para formar la carne del hombre..." "... Del lugar de las delicias, del paraíso de Paxil y Cayála llegaron las mazorcas amarillas y las blancas"...

... "Y los animales que aportaron la comida para hacer la carne del hombre fueron el gato montés, el coyote, la cotorra y el cuervo. Estos cuatro animales fueron los que dieron a conocer las mazorcas del maíz amarillo y blanco. Los creadores decidieron que aquella era la comida más apropiada para el hombre y de aquel alimento hicieron su carne y así mismo su sangre"...

... "Y todos se sintieron satisfechos de encontrar una tierra llena de dulzura donde había muchas mazorcas amarillas y blancas, así como unos árboles de cacao e innumerables zapotes, ananás, pocotes , nansos y miel..."

... "Había alimentos de toda clase, pequeños y grandes, así como plantas. Les fueron entregadas a Ixmacune las mazorcas amarillas y blancas. Ella molió el maíz e hizo nueve bebidas que Tepeu y Gucumaíz convirtieron en alimentos líquidos y sólidos. Con aquellos alimentos se formó la fuerza y el grosor del hombre..." "De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz sus brazos y sus piernas. Sólo fueron creados de masa de maíz".

En nuestro caso, y dada la influencia de la cultura Inca, sin que ésta hubiera destruido lo Andino y más bien de esta fusión de culturas hizo que emergiera un proceso intercultural, por lo que vale tomar algunos aspectos claves. Para nuestros antepasados, "había un único Dios, el cual era invisible, no atribuyéndole forma alguna, si había una forma de reconocerlo era por medio de la vibración verbal: PACHACAMAC; de él deriva toda bondad: la luz y la vida; los mundos y los astros; el cielo y la Pacha Mama (tierra); pero también se hace presente en los hombres sabios, así como en la entidad solar el Inti, como fuerza, energía, luz solar, potenciadora de la vida" (Montes Ruiz, Fernando. La máscara de piedra, simbolismo y personalidad Aymara en la historia. Comisión Episcopal de educación. La Paz-Bolivia).


... "Y en el hombre y en la tierra reside la energía solar, sin ella no podríamos existir, en ella reside aquello que se llama semilla. Por ello el maíz es la representación y la cristalización de la vida. El maíz es el símbolo de lo sagrado, y su bebida la chicha, era el vino de la consagración y el festejo espiritual". Para algunas culturas el maíz rojo se considera como "madre del maíz". "... Este cereal, con su aparición, marca un antes y un después en la historia humana; es metáfora de la vida misma, en especial del nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte del ser humano que deben ser explicados a partir de la idea cíclica del eterno retorno. El maíz penetra en el ser (tierra) donde germina, crece, produce, madura y muere, volviendo luego al corazón del mundo subterráneo".(Murgueytio, José; Gierrero, Marcos. La verdadera historia del tiempo, de la explosión del neolítico a los mundos y los agujeros negros. Abya - Yala. Quito, Ecuador, 2002).

La sabiduría andina enseña a los hombres en preparación, a retener, potenciar y elevar esta energía solar, introducirla en el cuerpo como semilla sagrada en forma de una serpiente de fuego. Ser sabio no es una herencia genética dada y sobrenatural como se entiende hoy en occidente y como nos dijeron mediante la educación oficial, es tener un nivel de conciencia elevada, es lograr poseer la fecundidad del sol. De allí que era natural festejar la siembra del Inti en los cuerpos y en la tierra por la abundancia y la prosperidad; festejar el misterio de los secretos de la naturaleza, por ello el festejo más grande y espiritual fue la Fiesta del Inti Raymi.

El cultivo del maíz rige el ciclo anual, al cual se estructura la observación del movimiento de los astros, las matemáticas, el manejo del agua, el calendario solar, una teoría que no sé separa de la práctica, entre otras.

De ahí que existen innumerables lenguajes y textos que se producen alrededor del maíz. Por ejemplo, para el 21 de marzo, fecha cosmográfica, se festeja la etapa de las cosechas, es decir de las primeras flores y frutos tiernos, siendo el maíz tierno llamado choclo, el principal producto para hacer los panes de maíz, y la principal flor recogida para esta fiesta es la del maíz llamada Tuctu. Esta flor se la toma cuando empieza a derramar el polen, germen fecundante que era el símbolo de la abundancia. Antes se celebraban grandes fiestas en su honor, no en vano en otras regiones se celebran las fiestas de los Corazas con trajes multicolores.

Y por todo esto, en las fiestas de la cosecha, la comida principal es una mezcla de granos tiernos, a la que se designó mezcla, y que los españoles posteriormente le dieron el nombre de fanesca, ese era el banquete ritual de estas fiestas. Cabe aclarar que, en el Perú, en el Cuzco, capital de los Incas, y en el mes de junio, período de cosecha de los granos secos se celebra la Fiesta del Inti Raymi.

LA GLORIA DEL MUNDO EN UN GRANO DE MAÍZ...

Otro de los lenguajes que corresponde a la producción del maíz, data de unos seis mil años ligado a la diversidad ecológica de las regiones en donde se ha establecido, desde zonas templadas hasta los tres mil metros de altura.

Pero el maíz no crece por sí mismo, requiere de la mano del hombre. El hecho de sembrar la tierra es un acto cultural ya que se traduce en una actividad hereditaria que recogen, conservan y transmiten las sociedades humanas, creada por el trabajo humano, que a través de miles de años ha logrado conocer diversas especies para diferentes usos.

El hombre vio en este cereal, grandes posibilidades de desarrollo no sólo en el aspecto alimentario, sino en la creación de objetos para cultivarlo. Por ejemplo, se ha observado en Ecuador el famoso chaquín, que consiste en una vara larga de un metro y medio aproximadamente, hecha de cualquier madera y terminada en punta, con la cual se hacen los hoyos en el suelo cultivable, para después dejar caer los gramos de maíz, tres por lo regular, sin necesidad de agacharse. Con reiteración se ha dicho que el arado proviene de Europa, sin embargo, los estudios actuales demuestran que el arado no fue invención sólo de occidente, y más bien todas las civilizaciones conocieron este sistema, claro está con modalidades diferentes.

En América, el arado fue llamado "Chaquitaclla". Tal actividad se hizo a través de una larga vara de dos metros, acabada en punta, y que en la parte superior tenía un mango espiral. Un pequeño soporte en la parte inferior para hacer fuerza con el pie y así abrir la tierra. En occidente serían los toros castrados para el arado y en total divorcio con la madre tierra.

La manera de preparar el terreno depende del sistema empleado, así encontramos camellones, terrazas, y el más sencillo y difundido parece ser: roza, tumba y quema; sistema en donde se devasta una pequeña porción de bosque, se cortan arbustos y se queman. Al cabo de un lapso, al inicio de las lluvias, se realiza la siembra. Luego de los cuidados intensos, viene la cosecha y la selección de granos que serían empleados en otra temporada, "separar el grano malo del bueno", en lo cotidiano, simboliza el separar aquello que es malo, los individuos considerados no adecuados. "El cultivo por medio de granos es de linajes, ya que en cada cosecha se obtienen individuos distintos a causa de la hibridación".

Así también, el hombre americano vio en este cereal, gracias a su conocimiento de los ecosistemas, un proceso de selección milenaria y artificial de grandes variedades. De ahí que el gran pensador José Martí, dijera: "Toda la gloria del mundo cabe en un grano de Maíz".

LA FAMOSA MILPA...

La milpa es en sí, un sistema de cultivo del maíz en asociación con diversas plantas, como el fréjol y calabazo, (base alimentaria de los pueblos latinoamericanos), según agricultores de la zona, en la milpa cada planta cumple una función ecológica. "El fréjol es una planta fijadora de nitrógeno, el cual es un nutriente del maíz, la caña de maíz proporciona sostén al fréjol, que se enreda en ella para crecer y apoyarse, además de poseer aminoácidos que proporcionan una alimentación balanceada".

El calabazo en la milpa, entre el maíz y el fréjol, "limita el desarrollo de las malas hierbas, y con la sombra de sus hojas pegadas al suelo ayudan a mantener la humedad. Sirven de hospedaje de insectos benéficos y otras veces de repelente; al consumir semillas, flores y frutos tiernos o maduros de la calabaza se aportan carbohidratos, proteínas, grasa, vitaminas y fibra".

Como podemos observar, la milpa, más la intervención del hombre, es una unidad simbólica en que interactúa un sistema agronómico dialéctico y armónico, ya que todas estas plantas, al igual que el humano, se equilibran y se complementan de manera natural y el hombre las organiza culturalmente en direcciones dinámicas.

En la milpa se hablan las lenguas, se ordena el tiempo, el espacio, el paisaje, las comunidades, las familias, en la milpa se realizan rituales sagrados, mediante la música y la danza para venerar a los dioses con el fin de tener buenas cosechas, en la milpa se descubren nuevos ingredientes para alimentar a los pueblos, en la milpa se construyó y se conserva la identidad.

LAS TRADICOINES SUBSISTEN...

Los ingredientes básicos que subsisten hasta la actualidad producto de la herencia andina con la cocina mestiza, se pueden clasificar en principales y secundarios. Los primeros incluyen productos milenariamente cultivados en Los Andes como el maíz (Sara), la papa, el fréjol (poroto), la yuca; entre los segundos tenemos: el ají, el tomate, el aguacate, el maní, el achiote, presentes en casi todos los platos ordinarios y festivos. Merece destacar que la papa, el maíz y el ají es abundante y frecuente.

El maíz sirve como materia prima del mayor número de alimentos elaborados: harina gruesa o refinada (maicena) o suelto o desgranado (mote). Además, se pueden obtener chichas, champús, coladas, sopas, ensaladas, galletas, arepas, roscas, rosquetes, rosquillas, pan, molo, delicados, tamales, mataburros, quimbolitos, choclotandas, empanadas, tortillas, tortas, entre otros. Se dice que se puede preparar cincuenta platos con el maíz. Y claro, comer como parte fundamental de la celebración, el banquete ancestral como elemento central del culto, propio de los andinos, un ejemplo claro es la fanesca y el famoso champús, la colada morada y las guaguas de pan en finados y los buñuelos en Navidad.

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